jueves, 12 de febrero de 2009

Rituales de contacto de los caballos

Cuando dos caballos se ven por primera vez, realizan un auténtico ritual para conocerse. Si van montados, los jinetes deben estar atentos porque, en esas circunstancias, obedecer las órdenes del jinete es la última de sus prioridades.


El caballo es un ser social que necesita relacionarse con sus congéneres. ¿Cómo se conocen los equinos? ¿Cómo manifiestan su simpatía o antipatía?



Para comprender bien las reacciones del caballo ante sus vecinos del prado o del box, y las diversas actitudes que adopta, hay que conocer los nexos que se establecen entre caballos que viven en libertad.


Como son los rituales de contacto de los caballos



En estado salvaje

La forma en que se efectúa el contacto entre dos individuos depende del sexo y del hecho de que se conozcan o no. La mayoría de las veces, los équidos salvajes que coinciden saben ante quién se encuentran porque viven en familias. Si son «amigos», se husmean los ollares y permanecen juntos tranquilamente. También pueden reafirmar su amistad con múltiples contactos: rascarse, mordisquearse, espantarse mutuamente las moscas... Son gestos sencillos y necesarios para mantener una buena relación de grupo. En cambio, si los dos caballos no se aprecian, se evitan o intercambian amenazas.


Enseñar su «carné de identidad

Cuando dos caballos desconocidos se cru¬zan, cada uno de ellos muestra su carné de identidad gestual y olfativo. Por la posición del cuerpo y la manera de moverse, se indican el sexo, su posición jerárquica y su disposición. Gracias a su olfato tan desarrollado, cada uno se informa sobre el estado hormonal del otro. Así, dos machos desconocidos se entregan a un auténtico ritual: primero piafan y luego se acercan para olerse los ollares. A continuación, sigue un chillido, así como un lanzamiento de las extremidades anteriores hacia adelante. Por último, se huelen las zonas genitales y quizó las deposiciones.


En el centro ecuestre

En el club, el contacto varía en función de que se conozcan o no. Con frecuencia, se conocen desde hace tiempo. El propietario del centro procura ponerlos juntos en el prado o en el paddock. Existirá una jerarquía clara, lo cual es sinónimo de buen orden social y seguridad para los jinetes. Sin embargo, existen centros en los que los caballos nunca se dejan juntos y, cuando se encuentran cara a cara, se observan, se huelen, quizó se ponen a la defensiva y, en todos los casos, se muestran nerviosos. Esta actitud es más habitual cuando los animales están psicológicamente desequilibrados o sufren carencias sociales. En ese caso, el caballo se olvida por completo del jinete y puede hacerle caer o darle un golpe con las extremidades anteriores destinado a un caballo desconocido. Por ello, es impor¬tante que los caballos se conozcan entre sí en los centros ecuestres. Integra al tuyo al máximo en el grupo.

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